Manantial de las Piérides

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En la Mitología griega, el Manantial de las Piérides de Macedonia era sagrado para las Piérides y las Musas. Como fuente metafórica de conocimiento del arte y la ciencia, fue popularizado por una copla del poema de Alexander Pope de 1711, Ensayo sobre la crítica: "Un poco de aprendizaje es algo peligroso; / Bebe abundantemente o no probarás el manantial de las Piérides" (en inglés: "A little learning is a dang'rous thing; / Drink deep, or taste not the Pierian spring").

El manantial de las Piérides a veces se confunde con la Fuente Castalia, como lo hizo Lord Chesterfield, quien cita erróneamente a Alexander Pope en Cartas a su hijo.[1]

Se decía que el manantial sagrado estaba cerca de la antigua Libetra en Piería, una región de la antigua Macedonia donde también se ubica el Monte Olimpo, y se creía que era el hogar y la sede del culto a Orfeo.[2]​Se decía que "las Musas retozaban en los manantiales Pierianos poco después de su nacimiento".[3][4]​Se creia que el manantial era una fuente de conocimiento que inspiraba a quien bebiese de él.

El nombre del manantial proviene de las Piérides, el grupo de doncellas (hijas del rey Píero) que retaron a las Musas para disputarles la supremacía en el canto. Cuando perdieron, las hijas de Piero prorrumpieron entonces en fuertes protestas agrediendo a su rivales; pero al momento sus cuerpos se cubrieron de plumas negras y blancas y quedaron convertidas en urracas. Ovidio cuenta esta historia después de explicar el origen del manantial helicónico en su poema narrativo Metamorfosis V del año 8 CE. La metamorfosis en urracas viene al final del libro:

La mayor de nosotros terminó así sus canciones aprendidas y con voz concordante las ninfas escogidas juzgaron que las deidades que moraban en el Helicón debían ser proclamadas vencedoras. Pero las nueve vencidas comenzaron a esparcir sus insultos; a quienes les respondió la diosa: "Dado que parece una cosa sin importancia que sufras una derrota merecida, y debes agregar abusos inmerecidos para aumentar tu ofensa, y dado que esto parece el fin de nuestra resistencia, ciertamente procederemos a castigarte de acuerdo con el límite de nuestras fuerzas." Pero estas hermanas ematianas se rieron, despreciando nuestras palabras amenazantes, y mientras intentaban hablar, haciendo gran clamor, y haciendo gestos amenazantes con manos desvergonzadas, de pronto les brotaron rígidas púas de las uñas y plumas se propagaron sobre sus brazos extendidos, y pudieron ver la boca de cada compañera creciendo hasta convertirse en un pico rígido. – Y así se agregaron nuevas aves al bosque. – Mientras se quejaban, estas Urracas que profanan nuestras arboledas, moviendo los brazos extendidos, comenzaron a flotar suspendidas en el aire. Y desde entonces han perdurado su antigua elocuencia, sus notas chillonas, su cansino celo por el habla.[5]

  1. Chesterfield, Lord (1746). Letters to His Son (en english). London: Everyman Classics. p. 15. ISBN 0460118234. 
  2. Orpheus and Greek Religion (Mythos Books) by William Keith Guthrie and L. Alderlink, 1993, ISBN 0-691-02499-5, page 62
  3. Classical Mythology in Literature, Art, and Music (Focus Texts: For Classical Language Study) by Philip Mayerson, 2001, page 82: "... the Muses who were said to have frolicked about the Pierian springs soon after their birth. The Castalian spring on Mount Parnassus ..."
  4. E.C. Marchant, Commentary on Thucydides: Book 2,Πιερίας—between Mount Olympus and the Thermaic Gulf, the original home of the muses and birth-place of Orpheus.
  5. http://www.theoi.com/Text/OvidMetamorphoses5.html#6, [662] Project Gutenberg's The Satyricon